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Dulce Pasión, el café del Disco de Tortuguitas

Ir al súper a hacer las compras no es mi actividad preferida de los fines de semana. Por tal razón, cualquier cosa que contribuya a alivianar tal actividad es bien recibida. Por ejemplo, la expectativa de una buena y relajada merienda luego de hacer las compras.

Cualquiera que haga compras habitualmente en supermercados sabe que el Disco no es de los más económicos; pero cuando uno tiene ganas de encontrar las cosas fácilmente, contar con buenas marcas y productos, y no encontrarse con una larguísima fila en la caja, el diferencial de precio puede estar justificado.

El Disco de Tortuguitas (autopista Panamericana acceso a Pilar, Km. 38) está hecho para los que queremos que la experiencia de hacer las compras en el súper no sea una tarea demasiado ingrata. Es amplio, tiene muchas cosas, hay poca gente, y tiene un detalle muy exclusivo: ofrece a los clientes la posibilidad de hacer las compras con un colector de datos (un aparatito que lee los códigos de barras), para después llevarlo a la caja y que alguien lleve la compra hasta su hogar. Un detalle absolutamente snob que calculo que muy pocos deben usar... aunque resulta simpático y llamativo.

Pero bueno, dejando todo eso de lado, lo que más me gustó de ese supermercado es el café Dulce Pasión, situado en una esquina del edificio. Cuenta con sillones comodísimos, enormes ventanales con vista al parque, y muchas tortas y delicadezas para agasajarse de lo lindo.

No es barato, obviamente, como corresponde a todo comercio ubicado en la zona de influencia de Pilar. Pero viene muy bien para darse un gusto de vez en cuando.

Además de los acompañamientos dulces para el café –que incluyen facturas, budines, tarteletas, mini-cakes (?), brownies, cuadraditos de manzana, mousses y demás– hay cosas saladas como ensaladas y sandwiches “gourmet”, fríos o calientes, para paladares exquisitos. Está bueno para un brunch o para una merienda tardía que puede servir a modo de cena frugal. También hay licuados de frutas diversas y puede ser que tengan helados (no lo recuerdo bien). Si no me equivoco, también tienen Wi-Fi, así que el trabajador móvil tecnófilo puede recalar allí para revisar sus mails y trabajar relajadamente en compañía de un buen café.
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Tortugas Open Mall no es el mejor lugar para ir a comer

El nuevo shopping center de la Zona Norte del Gran Buenos Aires, situado en una posición estratégia de la Panamericana acceso a Pilar, puede ser destacable por su arquitectura y diseño, sus marcas, sus cines, etc., pero la oferta gastronómica no es de lo mejor.

Fuimos un domingo alrededor de las dos de la tarde. Unos atentos guardias nos guiaron amablemente hasta el estacionamiento subterráneo, cosa que fue un plus, ya que el sol no era nada benigno en esos momentos y probablemente hubiese terminado derritiendo el auto.

Ok, las dos de la tarde es seguramente la hora pico para ir a comer un domingo. Pero el patio de comidas no tenía lugar ni siquiera para sentarse, y todos los locales de comida tenían largas filas de hambrientos comensales. Hay un local de pizzas que lamentablemente aún no abrió; de haber estado abierto, seguramente nos hubiera evitado inconvenientes.

Recorrimos todo el shopping en busca de algún restaurante off-patio como tienen ocasionalmente estos centros comerciales (en el Unicenter, por ejemplo, uno puede ir a comer a Il Gatto o Kansas y creer que ya n0 se está en el shopping), pero lo único que encontramos fue un local de The Coffee Store. A falta de otra cosa, decidimos, ya al borde de la inanición, entrar allí.

El lugar es interesante, ya que tiene un balcón con mesas al aire libre y otras mesas sobre un ventanal. Eso, bastante bien. Pero el problema es que, si bien había varias opciones de platos elaborados como para almorzar, y hasta un menú infantil, no deja de ser The Coffee Store; es decir, un lugar para tomar café.

Y en un lugar para tomar café no se puede esperar que haya un gran chef, ¿no? Los platos eran más bien pretenciosos. Lomo nosequé con salteado de verduras, penne rigatti con salsa de queseyó... los nombre prometían, pero los contenidos no cumplían. Los mozos le ponían onda, pero eran mozos de café y no de restaurante (hay una diferencia).

OK, nos sacamos el hambre, la verdad es que no comimos mal, pero hubiésemos esperado algo mejor del Tortugas Open Mall.

De todos modos, quien circule por el corredor Buenos Aires-Pilar puede encontrar una variadísima oferta gastronómica a ambos lados de la Panamericana. Por ejemplo, el café Dulce Pasión, del que hablaremos en un próximo post.
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