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Día del padre en Kurt y Horacio

Lo tenemos tan cerca de nuestra casa (apenas 10 cuadras) que solemos pasarlo por alto. Pero en el último día del padre optamos por ir a almorzar a Kurt y Horacio y nos fuimos con la idea de volver más seguido.

Kurt y Horacio - exteriorEl factor decisivo fue que estábamos sin auto, pero igual queríamos ir a almorzar fuera de casa para celebrar el día del padre. Entonces pensamos en ir a Kurt y Horacio, dado que podíamos ir caminando (de paso, la caminata de ida nos serviría para abrir el apetito, y la de vuelta, para bajar la comida). El problema fue que la pereza de domingo nos llevó a que, a las 13:30, aún no nos habíamos decidido a salir. Perdidos por perdidos, decidimos llamar para ver si nos tomaban una reserva.

Por teléfono nos dijeron que estaba todo lleno y que la cocina cerraba a las 15:00. Pero si llegábamos a las 14:30, nos podían tomar la reserva. Así lo hicimos, emprendimos la caminata y a las 14:30 estábamos allí.

Brótola con salsa de limón
Brótola con salsa de limón
Conozco el barrio de López Camelo desde 1986, y en aquel entonces, Kurt y Horacio ya existía, en esa casa que parece sacada de un cuento de hadas. Pasaron más de 30 años y la casa sigue igual, a pesar de las crisis que sufrimos en estas últimas décadas y de que el progreso trajo al barrio industrias, calles de asfalto y mucho tránsito. Pero en cuanto se cruza esa gruesa puerta de madera con herrajes de hierro, el ambiente nos hace olvidar de dónde estamos y nos transporta inmediatamente a algún lugar de Europa.

Goulasch con spatzle
Goulasch con spatzle
Los dueños atienden a los comensales como si fueran su propia familia. Enseguida la mesa se llena de platitos con cosas para picar (quesos cremas, patés, pepinos) y una abundante panera. La carta nos tienta con una gran variedad de platos alemanes, varios de los cuales llevan la palabra "wurst" (salchicha) en alguna parte del nombre, y algunas opciones de cocina internacional, como pastas, pescados y mariscos. Nos hubiese gustado ir con un grupo más grande para probar una mayor variedad de platos, pero como éramos cuatro nomás, nos quedamos con lo siguiente: goulasch con spatzle, brótola con salsa de limón, salchichas alemanas con papas rosti y cebollas, y camarones (o más bien langostinos) al ajillo.

Camarones al ajillo
Camarones al ajillo
No hubo críticas para ninguno de los platos. A pesar de que la cocina estaba a punto de cerrar, el pedido llegó en un tiempo razonable, los platos tenían la temperatura adecuada y estaban exquisitamente preparados y servidos.

La abundancia de la comida no dejó mucho lugar para postre, por lo que pedimos un helado de limón digestivo que compartimos entre todos. El postre vino con acompañamiento de unas masitas de manteca y cascaras de naranja abrillantadas; ideales para acompañar un pocillo de café.

Salchichas alemanas con papas rosti
Salchichas alemanas con papas rosti
A la hora de pagar, la cuenta no nos asustó. De hecho, nos costó menos que ir comer a Puerto Madero hace seis meses, y eso que el dólar subió como un 50% desde entonces. Y la comida y la atención fueron mucho mejores. Con lo cual, en el futuro planeamos apreciar más lo que tenemos cerca y visitar más seguido a Kurt y Horacio.

La nota de color la dio un comensal que aparentaba haber bebido un poco de más, y al retirarse, andaba comentando a viva voz que Kurt y Horacio es el mejor restaurante.

Helado de limón, cascaritas de naranja y masitas para acompañar el café
Helado de limón digestivo, cascaritas de naranja y masitas para acompañar el café.

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