Fachada del Restaurante García, tomada en una noche lluviosa. |
Según el tipo de cambio del aeropuerto, casi todos los platos superaban los 100 pesos argentinos, y eso para mí es demasiado. Buscando lo más económico del menú, me encontré con la pizza.
Las opciones de pizza me trajeron remembranzas de mi niñez, cuando pasaba los veranos en Uruguay. Recuerdo que había dos opciones de pizza: pizza (o sea, masa con salsa de tomate) y pizza con muzzarella (masa, salsa de tomate y muzzarella). Bueno, desde entonces las cosas cambiaron un poco. Había cuatro opciones: pizza, pizza con gusto, pizza con muzzarella, y pizza con muzzarella y gusto.
Pizza cuadrada y recuerdos de antaño |
Opté por esta última opción. Al fin y al cabo, si voy a comer pizza, mejor que sea con gusto... El mozo me explicó que lo de “gusto” podía traducirse en jamón, palmitos, aceitunas, morrones, etc. Mi opción fue jamón y morrones. Y para tomar, un “liso” (que en uruguayo significa “vaso de cerveza”).
La porción cuadrada de pizza –cuya forma también me traía reminiscencias de las vacaciones de mi niñez– podría decirse que me llenó. Pero me quedaba algo de espacio para un postre, por lo que llamé al mozo y le pedí un flan de coco y un café. El flan de coco resultó algo empalagoso para mi gusto, pero igualmente rico.
Postre (flan de coco) y café |