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Dónde comer en Colonia del Sacramento

Después de pasar una semana en Colonia del Sacramento y sus alrededores, les ofrecemos una síntesis de la oferta gastronómica del lugar.

Calle histórica de Colonia del SacramentoLa mayoría de las personas a las que le pregunto si conocen Colonia me dicen “sí, fui a pasar un fin de semana, es muy lindo el barrio histórico”. Pero Colonia es mucho más que eso. De a poquito está dejando de ser un lugar de paso o de fin de semana para convertirse en un verdadero destino turístico, con playas para todos los gustos, con zonas solitarias o bulliciosas, con hoteles lujosos o económicos, y con mucho para conocer. Nosotros lo comprobamos pasando toda una semana recorriendo la ciudad y sus inmediaciones. Cada día de esa semana tuvimos un lugar distinto para visitar. Pero no vamos a profundizar en eso ya que este blog no es de turismo sino de lugares para ir a comer.

Puesta de sol en ColoniaLo cierto es que se necesita mucho más de una semana para conocer a fondo las muchísimas opciones gastronómicas de Colonia y sus alrededores. De nuestra experiencia podemos destacar cuatro o cinco sitios que constituyen (para nuestro criterio) una buena síntesis. Lo bueno de Colonia es que está todo cerca. Caminando unas pocas cuadras se puede recorrer todo el centro comercial y el barrio histórico, examinando las propuestas de los muchísimos restaurantes concentrados en esa área.

Mercosur ColoniaLa avenida General Flores es la columna vertebral de la ciudad y el principal recorrido comercial. En ella se encuentran gran cantidad de hoteles, tiendas de regalos, casas de cambio, y obviamente muchos de los lugares donde ir a comer. Uno de ellos es Mercosur. Se encuentra en una esquina neurálgica de la ciudad (Gral. Flores e Ituzaingó), y la invade con mesas que están llenas la mayor parte del tiempo, sirviendo en ellas comidas simples pero ricas. Es un lugar bullicioso, la clase de lugar de la que habitualmente escapamos. Sin embargo, tiene opción de take-out, por lo que uno puede perfectamente comprar la comida y llevarla a la tranquilidad del hospedaje en que se encuentre, o simplemente a hacer un picnic a la vera del río.

Un detalle importante: al pasar por Mercosur nos dieron un panfleto que anunciaba una promoción de chivito al plato + dos bebidas por 799 pesos uruguayos (unos 28 dólares). Sabiendo que con ese chivito podíamos saciarnos los cuatro, no nos pareció nada caro. Pero al hacer nuestro pedido, la empleada nos dijo que si sólo pedíamos el chivito sin las bebidas nos costaría sólo 450 pesos. O sea que la promoción del panfleto no era para nada conveniente. Esa fue una de varias situaciones en las que, durante nuestra estadía en Colonia, un mozo o un empleado de un restaurante nos hizo recomendaciones que perjudicaban levemente al comercio, pero que nos beneficiaban y nos dejaban contentos (y con ganas de volver). Eso en Buenos Aires no se ve.

La Pasiva ColoniaOtra de esas situaciones ocurrió en La Pasiva. Fuimos allí el primer día de nuestra estadía, dado que queríamos comer algo sencillo y económico. Optamos por la pizza, pero no nos decidíamos en cuanto a los gustos. La moza nos sugirió que, en vez de pedir pizzas individuales de distintos gustos, pidiéramos un cuarto metro de pizza de tres gustos, puesto que nos costaría mucho menos. Ella se encargaría de decirle al pizzero que colocara los ingredientes por separado. Con eso nos hizo ahorrar bastante y se ganó una buena propina.

Algo importante para tener en cuenta: pagando con tarjetas de crédito extranjeras se descuenta parte del IVA (por ley), por lo que se logra un ahorro importante. Es por este motivo que, para ahorrar, conviene usar efectivo lo menos posible.

Cena en el barrio histórico
En varias de las antiguas casas coloniales restauradas del barrio histórico funcionan pintorescos restaurantes que colocan sus mesas en la calle y por las noches tienen música en vivo.

Pulpería de los Faroles ColoniaEn una de las tranquilas noches de nuestra estadía paseábamos por la Plaza Mayor y, tentados por un menú que incluía atractivas opciones de pescados y mariscos, nos sentamos a comer en una de las mesas exteriores de la Pulpería de los Faroles. No fue barato; el precio fue similar al de una cena en alguno de los más pitucos restaurantes de Puerto Madero. La comida estuvo simplemente bien, sin destacarse demasiado. Pero la experiencia valió por el lugar, que revive la época en que portugueses y españoles (y algunos otros europeos más) se disputaban esa estratégica península. Para todo el que visite Colonia en verano, aconsejamos cenar en alguno de los restaurantes del barrio histórico. Es una experiencia para recordar.

Desayuno frente al río
Desayuno en La Beduina, ColoniaAlejándose un poco del centro y de los aromas a parrillas a leña, por la Rambla de las Américas, se pueden observar muchas construcciones residenciales modernas; señal de un mercado inmobiliario floreciente. En ese entorno se encuentra La Beduina Deli & Café. Su sitio web dice que abre a las 17:00, pero de martes a domingo abre a las 10 de la mañana y se puede ir a desayunar. Quizás el mejor momento para acudir a este lugar sea por la tarde, para contemplar la puesta de sol sobre una playa que mira al oeste. Pero es igualmente agradable desayunar en el predio elevado que ofrece una vista panorámica de la rambla y del balneario El Álamo.

La Beduina es un lugar “trendy” por donde se lo mire; se nota en la decoración, en los muebles, en el menú y en la ambientación. En la carta hay promociones de desayuno que duran todo el día. Además de las muchas opciones de cafés, tés y cosas dulces, también hay tragos, cervezas y hasta tapas para comer algo liviano.

Almuerzo frente a la Plaza de Toros
Otra recomendación que damos para todo el que visite Colonia es que se dé una vuelta por  el Real de San Carlos, la antigua plaza de toros, situada a unos ocho kilómetros del centro de Colonia. El acceso a la plaza no está permitido, dado que la estructura es inestable y puede ser peligroso caminar por allí, pero se la puede recorrer por afuera y sacarle muchas fotos. Frente a la plaza se encuentra un predio que debía ser una estación de tren que uniría al Real de San Carlos con Colonia, aunque nunca llegó a funcionar como tal.

Plaza de toros Real de San Carlos Colonia
Analía Berdini, una abogada apasionada por la historia, compró ese predio y después se enteró de que en ellos se había planeado emplazar la estación de tren. Entonces decidió construirla según los planos originales, agregar algunos vagones de tren y convertir todo eso en un museo ferroviario y en una casa de té y restaurante. A ese restaurante, llamado simplemente Restaurante del Ferrocarril, acudimos a almorzar en el último día de nuestra estadía en Colonia, luego de visitar el escondido museo paleontológico.
Vagón del restaurante del ferrocarril Colonia

Las mesas del restaurante están dispuestas en uno de los vagones. La decoración recrea el ambiente de un lujoso coche comedor de principios del siglo XX. El menú es escueto pero muy atractivo, con platos de autor servidos con toda elegancia y muy buena preparación. Lo mejor de todo es que, a pesar del aspecto glamoroso, el lugar y la gente que trabaja en él no dejan de tener un aire campechano, por lo que uno puede ir a comer en short y ojotas sin sentirse desubicado.

El precio final resultó por demás razonable, bastante más bajo que la cena en la Pulpería. Aún siendo un sábado al mediodía, el lugar estaba escasamente concurrido (además de la nuestra, sólo había dos mesas ocupadas). Este es uno de los varios tesoros que esconde Colonia del Sacramento, que por suerte poca gente conoce, y que nos llama a volver y seguir haciendo descubrimientos gastronómicos.

Restaurante del Ferrocarril Colonia pescado a la plancha con guarnición
Por último, debemos hacer mención del Shopping de Colonia, el cual tiene un Subway y un pequeño restaurante/café, pero no ofrece un típico patio de comidas con otras franquicias como Mc Donald's o Burger King. Para los amantes de las hamburguesas de estas dos cadenas será una decepción saber que en todo Colonia y alrededores no hay ni un solo local en donde conseguirlas.





Restaurante del Ferrocarril sorrentinos a los cuatro quesos
Colonia del Sacramento barrio histórico
Decoración de La Beduina Deli & Café
Estación de tren Real de San Carlos
Con el chivito de Mercosur comimos cuatro
Basílica del Santísimo Sacramento, Colonia

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